Con una decisión avalada por el presidente Ernest Koroma, el Gobierno de Sierra Leona anunció una prohibición del transporte y la exportación de madera. La medida será tomada para dar tiempo y poder desarrollar una nueva legislación en materia ambiental, con el fin de proteger las ricas selvas del país, las cuales se han convertido en un territorio incontrolado en el que empresas, a menudo extranjeras, llevan a cabo su explotación exportando ilegalmente la madera obtenida de la deforestación no autorizada de grandes extensiones.
Según fuentes locales, sólo 10 empresas están autorizadas para trabajar en este ámbito, pero en realidad son muchas más las que están activas en un negocio particularmente lucrativo, y prácticamente libre de impuestos.
Hasta ahora, también por causa de la intervención poco regular de las autoridades, incapaces de efectuar controles en un gran radio de acción, los traficantes de madera han podido actuar tranquilamente, y pasar los controles en la aduana pagando sanciones mínimas.
Las nuevas medidas anunciadas deberían permitir un mayor control estatal.
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